top of page

F

I

E

S

T

A

P

A

T

R

O

N

A

L

Procesión de la flor

7 de diciembre

 

 

En el cristianismo, las procesiones forman la parte más importante del culto exterior.

 

Las procesiones como rito religioso, es decir, como una manifestación de culto público a la divinidad, se encuentra en todos los pueblos y religiones. Como acto de culto se celebraban también en el Antiguo Testamento. La iglesia ha adaptado e incorporado esa tradición religiosa natural y espontánea al culto cristiano, depurándola y reservándola para algunas ocasiones especiales. En el Código de Derecho canónico se encuentra una especie de definición: 'Bajo el nombre de sagradas procesiones se da a entender las solemnes rogativas que hace el pueblo fiel, conducido por el clero, yendo ordenadamente de un lugar sagrado a otro lugar sagrado, para promover la devoción de los fieles, para conmemorar los beneficios de Dios y darle gracias por ello, o para implorar el auxilio divino' (canon 1290,1).

 

En el Antiguo Testamento, al menos una docena de salmos hacen referencia a una procesión o peregrinación. En cuanto al sentido y valor de las procesiones hay que tener en cuenta que la iglesia en esta tierra es un pueblo inmenso que avanza en procesión hacia la ciudad Eterna, La Jerusalén celestial (Ap 7, 1 - 12). Así, pues, las procesiones tienen el alto significado de anticipar simbólicamente el misterio último de la iglesia, que es la entrada en el Reino Celestial; las procesiones ponen de manifiesto el gran misterio de la iglesia en constante peregrinación hacia el cielo. Además de esto, son un acto de culto público a Dios, que al mismo tiempo lleva consigo un carácter de proclamación y manifestación externa y pública de la fe. Y con todo ello ayudan a la oración y a los deseos de mejorar (ir hacia adelante).  

 

La procesión de la flor es un recorrido de espíritu de oración para reparar las ofensas que se hacen a Dios. Lo que se explica en cada día del novenario. La virgen María desciende para redimirnos de nuestros pecados. La flor blanca representa la pureza que en su recorrido va purificando el andar con María. Es también la preparación en vísperas de la fiesta de la purificación del 8 de diciembre, día en que se instituyo la veneración a La Inmaculada Concepción o Purísima Concepción de María en 1854 por el papa Pío IX. En este recorrido también se adornan las calles con palmas que siempre acompañan a las efigies de la virgen María, ya que esta planta equivale a fortaleza, reflejada en su robusta figura, y como a fuente de vida pues en los desiertos forma parte de los oasis.

 

En Cardonal esta tradición de la procesión de la flor data del siglo XVIII, en esos años la fiesta mas importante era la del 19 de mayo, día en que se celebraba la renovación milagrosa de la soberana imagen de  cristo crucificado el del Real de Minas, del plomo pobre, del Cardonal, que hoy conocemos como Cristo de Santa Teresa. Por esos años aun existía el auge de la minería, y eran precisamente los mineros quienes vestidos de manta blanca bajaban de las minas en procesión con flor de San Juan que recolectaban  en su recorrido, para adornar el altar de este Cristo Milagroso en la capilla anexa a este templo, la cual conocemos como capilla de Santa Teresa. Con el transcurso de los años la minería perdió auge y por tanto esta tradición se fue perdiendo, así como la celebración de esta fiesta.

 

A finales del siglo XIX y principios del XX esta tradición se retomo con mas fuerza pero ahora para conmemorar la fiesta del 8 de diciembre. En honor a la Purísima Concepción patrona de nuestra parroquia, Don Epitacio Barrera Lozano, originario de aquí de Cardonal era quien organizaba esta procesión, y asimilando la tradición de los mineros vestía a sus obreros y colaboradores de blanco, añadiendo un listón azul en su persona, con lo cual se manifestaba el blanco de la pureza de la virgen, y el azul celeste que nos recuerda que fue elevada al cielo, con esta vestimenta en esos años se llevaba acabo la procesión de la flor blanca, en las vísperas de la fiesta patronal, que como ya mencionamos es un recorrido de purificación.

 

Es la preparación de la gran fiesta de la santísima Virgen, donde también de manera simbólica se purifica el camino que recorrerá en procesión en la tarde-noche del día 8 de diciembre. En los últimos años también en esta procesión se lleva el vestido que lucirá el día de su fiesta, así como de los diferentes elementos que se han adquirido para esta celebración como candeleros y vestimenta de varias imágenes que se encuentran en el interior de la iglesia

bottom of page